Montar un cortometraje es más fácil de lo que crees

La mayoría de grandes directores que hoy estrenan películas de gran presupuesto y que son nominados para los premios más importantes comenzaron sus carreras de la misma forma: filmando cortometrajes. Estas pequeñas películas, que no suelen durar más de quince minutos, son la prueba perfecta en la que demostrar lo que somos capaces de hacer con una cámara. Son una pequeña muestra de nuestro estilo a la hora de rodar, a la hora de contar una historia corta, y sirven también de carta de presentación espectacular para que nos consideren para otros trabajos más importantes como realizadores. Los cortos suelen ser el inicio de todo gran director, así que nosotros queremos ayudarte a crear el tuyo, más allá de la preproducción y el rodaje.

Y es que cuando ya tenemos todo rodado y debemos ponernos manos a la obra para terminar nuestro corto, siempre nos entran dudas. Hemos sabido rodar con la cámara, e incluso dirigir a los actores, pero, ¿seremos capaces también de montar, editar, darle el justo finiquitado a nuestro proyecto en la postproducción? Para la mayoría de realizadores, crear un corto es una aventura en la que apenas tienen presupuesto, así que llamar a algún profesional para que monte o edite el corto suele ser algo prohibitivo. Por eso muchos intentan hacerlo por sí mismos, descubriendo que no es tan complicado como parecía al principio. Siempre que sigan ciertos consejos y reglas, la postproducción propia puede ser una alternativa económica y eficaz para terminar nuestro propio corto.

Programas de edición que puedes usar

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La edición y el montaje se refieren a aquella acción de recortar las escenas que hemos grabado y están en bruto, para darles el toque final que queremos para nuestra película. Debemos poder recortar todo lo que sobre, incluso aquellas escenas que no encajen, y hacerlo en el momento justo para que el montaje luego quede bien, ni demasiado largo ni demasiado precipitado. Esto será mucho más sencillo si ya desde el primer momento hemos planificado bien la grabación de las escenas y hemos conseguido buenas tomas. El montaje es otra de las partes más importantes dentro de la cinematografía, ya que una buena película puede quedar totalmente desastrosa con un mal montaje. No se trata solo de ir empalmando escenas una detrás de otra, sino de hacerlo de una manera creativa, ayudando a contar la historia, creando nexos de unión entre lo que estamos contando y los cortes que hemos realizado.

Podemos optar por programas bastante asequibles para montar y editar nuestro corto. Esta, por ejemplo, el Sony Vegas, uno de los editores de video más completos que podemos encontrar hoy en día en el mercado. También tenemos el Adobe After Effects, algo más enfocado a la producción de efectos especiales, pero igualmente imprescindible para la labor de postproducción de cualquier pieza audiovisual. Por último, aquellos que cuenten con un Mac también pueden disfrutar del famoso Final Cut, uno de los programas más utilizados por los profesionales de la edición de vídeo, por ser muy completo y tener muchísimas herramientas diferentes y eficaces.

El ritmo de montaje

Hay películas con una buena historia y buenas interpretaciones, un gran guion detrás y una música maravillosa, pero el ritmo lento de su montaje hace que sea muy difícil entrar en ellas. A veces, eso es lo que el propio director busca, poner incómodo al espectador en la butaca, pero en otras ocasiones, lo que se intenta es que el montaje sea rápido, eficaz, e incluso frenético. En géneros como el cine de acción, por ejemplo, el montaje es imprescindible para darle esa sensación de fuerza a toda la película, además de ser una forma identificativa de hacer las peleas y las batallas, por ejemplo. El ritmo del montaje, por lo tanto, debe ser el adecuado, y para ello solo tenemos que coger experiencia montando, viendo mucho cine y sobre todo, entendiendo cómo montan las grandes películas que tanto nos gustan.

El proceso de etalonaje

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El etalonaje es una técnica que se lleva a cabo en el proceso de postproducción, para corregir ciertas fallas en la luz y el color de la imagen, o sencillamente, para adaptarla a las necesidades del cineasta. El etalonaje se utiliza, por ejemplo, para el ya mítico efecto de noche americana, ensombreciendo cada escena con un tono azulado, a pesar de haber sido rodada de día, para darle ese tono oscurecido que se busca. También sirve para intensificar ciertos colores que queremos que sean identificativos de nuestra obra. Por ejemplo, en la trilogía Matrix, ese verde fosforescente está hecho en la parte del etalonaje. Puede servir también para rebajar la temperatura de la imagen y crear un ambiente más frío, como suele ser habitual en algunas películas de terror o thrillers.

Música y efectos

En la mayoría de cortometrajes, los efectos especiales suelen ser mínimos, aunque eso no significa que debamos dejar este paso como algo secundario. Si estamos rodando algo que requiera de esos efectos, nos pondremos a utilizar programas especializados como After Effects, que es accesible a todo el mundo, y funciona de maravilla con la mayoría de efectos que queramos añadir. De la misma forma, tenemos que ser conscientes de que los efectos de sonido también deberán incorporarse en esta parte, ya que es complicado haberlos grabado bien en directo. Si lo hemos conseguido, perfecto, pero en la mayoría de ocasiones también nos tocará hacer la función de mezcladores de sonido y Foley, es decir, encontrar los sonidos que acompañan a las imágenes para meterlos en postproducción.

La música es otra parte importantísima de cualquier producción audiovisual, sean películas, cortos o incluso anuncios. Es por eso que necesitamos encontrar el acompañamiento perfecto para nuestra pieza, ya sea pidiéndole a alguien que la componga, algo que suele resultar bastante caro, o buscar en la música libre de derechos que se puede encontrar en Internet alguna pieza que se ajuste a lo que necesitamos. El montaje musical debe ser también cuidadoso, para que acompañe al montaje visual y todo se una en un conjunto que de mucha más fuerza al resultado final.